jueves, 26 de febrero de 2009

Hasta que la muerte nos separe


Hoy se ha cruzado en mi vida un nuevo caso de violencia machista, de género o doméstica. Ninguno de los nombres me vale, sólo su nomenclatura implica reducción de importancia, como quién se refiere a ello como a una disputa de enamorados. Violencia, sólo violencia, sin más etiquetas porque éstas son parte del problema.


Igual que la creación de un juzgado para la violencia sobre la mujer, ¿qué coño es eso? un juzgado específico para nosotras, ¿es que a caso que te peguen una paliza no suficientemente importante como para ser tratado en un juzgado ordinario?. Ah, que no es por eso, que es para agilizar la tramitación de las medidas pertinentes, ¿qué medidas? ¿una estúpida orden de alejamiento que se pueden saltar una y otra vez hasta conseguir matar a su pareja?. Por otro lado es una idea genial, tratar a diario con este tipo de violencia hasta conseguir que el propio sistema se habitúe tanto a ello que ya nada le sorprenda ni le sobrecoja.


No quisiera caer en el cinismo, sé muy bien que no se puede poner un policía al servicio de cada mujer maltratada, pero me fatiga la hipocresía con que se trata el tema. Una paliza a una mujer sin ser tratado con la misma dureza que una paliza a otro hombre, sobre todo si es reiteradamente.


Mi niñera, compañeras de trabajo y alguna amiga lo han vivido. Gente de mi edad, más jóven o poco mayores que yo. Entiendo el miedo que se debe de pasar cuando te sientes insegura en tu propia casa, cuando tu integridad física depende del humor del que esté hoy tu pareja, tu marido o el padre de tus hijos. Lo entiendo, por eso mismo no comprendo a algunas mujeres. Sé que puede ser un paso duro, difícil, pero no puede ser más duro que despertarte cada día a su lado.


Algunas mujeres dicen que es por los niños. Los niños se merecen más que nadie crecer en un entorno sano y estable. Pero sé que a veces el miedo te obliga a aferrarte a la fe de que cambiará. Ya sabes que no lo hará, lo sabes de la misma forma que sabías que iba a ocurrir antes de que pasara por primera vez. Pero te engañaste a ti misma del mismo modo que lo haces cada día. A la espera de una absolución que no llega jamás...

lunes, 9 de febrero de 2009

Palabras mudas


En la lengua escrita, existen palabras comunes, que todos identificamos con facilidad y que, sin embargo, jamás empleamos en la lengua hablaba, bien porque estén obsoletas, bien porque jamás se usaron más a través del tintero.


Vamos a pensar un poco, y en seguida entendereis a qué me refiero... quiero vuestra ayuda!


Atiza.

Asombroso.

Tierno.

Espeluznante.

Grotesto.

...

domingo, 8 de febrero de 2009

El mundo de Sofía


De los sabios prometidos,

nunca encontré a ninguno.

De la libertad que se suponía,

sólo conseguí responsabilidades.


Poner tierra de por medio,

funcionó lo mismo que poner tiempo.


¿Donde está Sofía?


Decían que la encontraríamos,

pero ni el tiempo

ni la madurez

nos permitieron conocerla.


Sofía está muerta.


Despiértala, lo prometiste.

Prometiste que al crecer lo entendería todo.

Quiero respuestas.

Quiero mis respuestas.



¿Dónde está Sofía?